Andaba algo alterada por la reciente reflexión que le inculcó un filósofo. Leyó en un artículo de periódico viejo que tenía perdido en un cajón en el desván.
Sé dio cuenta, que había transcurrido mucho tiempo desde que se mudó. Su casa de la playa, su lugar para reflexionar sobre la vida, la gente, los amigos, la amistad y la soledad.
En el artículo el filósofo planteaba una reflexión que venía a colación con su estado emocional. Decía así: ¿Estar solo o elegir la soledad?. Estar sola era para ella vivir acompañada pero no sentir cercanía emocional de nadie. Mientras que elegir la soledad confería un poder especial de control, de valentía y de profundo fracaso, social y relacional.
¿Qué sucederá si la enfermedad se apodera de ti?. Compartir y hacerte responsable de convivir te convierte en esclava de otros u otras?. Elegir estar solo puede ser un problema o una elección, un arrepentimiento o una comodidad?. Si la edad te alcanza, te sentirás vencedora?
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