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lunes, 25 de mayo de 2020
La luz de tu sonrisa .
Caminando por el sendero, una luz me atravesó.
Furor provocador, mirada alta, sonrisa del alma y silencio.
Diálogos sinceros, y confianza rauda, encuentro extraño y latir veloz.
Pero la fugaz la conciencia, martillo vital me la arrebató.
Furor provocador, mirada alta, sonrisa del alma y silencio.
Diálogos sinceros, y confianza rauda, encuentro extraño y latir veloz.
Pero la fugaz la conciencia, martillo vital me la arrebató.
Yo nada quería, mas que agitar el alma mía. Rota por mi desdicha, y por traición.
Confundió sensibilidad y bondad, pura y limpia, y eso me dolió. No quiero castillos en el aire, ni princesas encantadas, ni aplausos ni clamor. Sólo confianza y un Mar sanador.
Yo nada quería, mas que relajar el alma mía, hastiada y rota. Recuperar la sonrisa, por mil batallas perdidas, resucitar a la poesía muerta y fría.
Yo nada quería, solo cuidar la flor, mi Mar fugaz y esperanzador. Recuperar la entrañas mías, dispersas y rotas, pero vivas y palpitante.
Yo nada quería, pero solo levantar la cabeza, y dejar mis pesadillas, recuperar "mi niño", aquel chiquillo indefenso y miedoso, aquel "juanillo" sin regazo real.
A pesar de que nada quería, golpe seco, anodino y abundante me propinó. Mas no puedo quejarme, pues algo sanó, y aunque sigue enferma el mía, tiene otro color.
Recuperar yo quiero, sin ira y sin violencia, mi sonrisa y buen humor. Puedo, y debo gracias a tu amable visión.
Cruel camino, ensangrentados pies, caminante errante y cansado y con sed. No te pido, no te lloro, no te imploro, no te niego tu sonrisa, ni tu mirada "irreal", quieta y azul.
Mi catarsis es innata, simple contemplador. Sentado estoy en el camino, taciturno y pensador, esperando a mi mejor versión.
Cruel camino, ensangrentados pies, caminante errante y cansado y con sed. No te pido, no te lloro, no te imploro, no te niego tu sonrisa, ni tu mirada "irreal", quieta y azul.
Mi catarsis es innata, simple contemplador. Sentado estoy en el camino, taciturno y pensador, esperando a mi mejor versión.
Acepto tu distancia, y cercana armonía, tu sonrisa, tu perfume, tu amabilidad extrema y tu buen humor.
Abierto de par en par está mi corazón, pero sin rencor, con amistad sincera, así te quiero yo.
Abierto de par en par está mi corazón, pero sin rencor, con amistad sincera, así te quiero yo.
Hastiado el caminante, y apagado el camino quedó. Y yo como antes, pero con tu mirada y tu voz. Mas todos lleno de colores y un buen sabor.
Gracias mi flor, mi poesía lejana, real en la imaginación, perfecta y secreta.
azulmar.
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