Ni aún siquiera tiene alma para ser olvido.
Ni aún siquiera tiene corazón para ser querido.
Ni aún siquiera tiene razón para ser amigo.
Fue tanto el dolor infligido que pronto, pronto, muy pronto jamás en mi habrá existido.
N o te quejes, todo puede ser peor Desde que nos casamos vivimos en el quinto piso de un edificio viejo. Las tardes de los domingos se hab...