Duelo doble mi alma noble.
Duelo doble es mi jardín habita.
Una se marchó sin aviso.
Una se marchó sin estar previsto.
Una me mató con la vida.
Una me mató con la muerte.
A ambas amé, a ambas las miré.
Injusto placer no poder complacer.
Mi jardín huérfano de flores...
En mi jardín habitan horrores.
Semilla de esperanzas.
Semillas de amor renovado.
Semillas de olvido dorado.
LXI Al ver mis horas de fiebre e insomnio lentas pasar, a la orilla de mi lecho, ¿quién se sentará? Cuando la trémula mano tienda próximo a expirar, buscando una mano amiga, ¿quién la estrechará? Cuando la muerte vidríe de mis ojos el cristal, mis párpados aún abiertos, ¿quién los cerrará? Cuando la campana suene (si suena en mi funeral), una oración al oírla, ¿quién murmurará? Cuando mis pálidos restos oprima la tierra ya, sobre la olvidada fosa ¿quién vendrá a llorar? ¿Quién, en fin, al otro día, cuando el sol vuelva a brillar, de que pasé por el mundo, quién se acordará?