A las puertas del cielo,entre la tierra y el consuelo. Ahí surgió el dolor. La pena y el pedir perdón. Lo siento, madre mia!!. Siento haber comparado tu amor, haber prometido quererla, a lo que ella a mi me ignoró. Perdón de rodillas, en tu tumba y con mi dolor. Consuelame con tus recuerdos, madre de mi amor. Juro no volver a fallarte, antes me mato por tu amor.
LXI Al ver mis horas de fiebre e insomnio lentas pasar, a la orilla de mi lecho, ¿quién se sentará? Cuando la trémula mano tienda próximo a expirar, buscando una mano amiga, ¿quién la estrechará? Cuando la muerte vidríe de mis ojos el cristal, mis párpados aún abiertos, ¿quién los cerrará? Cuando la campana suene (si suena en mi funeral), una oración al oírla, ¿quién murmurará? Cuando mis pálidos restos oprima la tierra ya, sobre la olvidada fosa ¿quién vendrá a llorar? ¿Quién, en fin, al otro día, cuando el sol vuelva a brillar, de que pasé por el mundo, quién se acordará?