Pensé que no existías.
En algún lugar, sin que existan tiempos, ni existan las medidas.
Pensé que no era posible verte jamás en mi vida.
Apareció la música de tu mirada divina, esa sonrisa, ese aire de alegría y vida.
Intesa, suspicaz, capaz de oírse y sentirse sin querer, sin mirar.
Luz brillante, tierna y poesía.
Intangible sonrisa, mirada inteligente, flaqueza la mía.
Nunca es un absurdo observar la armonía, la música de tu caminar....
Lo que más se ve en Bkeriano.es. John Gall.
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