Cuando mi voz, pálida, muerta y sin sonido, se escuche. Me recordarás como alguien especial. Una persona distinta. Tal vez, entonces, tengas piedad y compresión de mi. Entenderás mis "porqués". Entonces estaré feliz y muerto. Alegre y vivo el otro mundo.
Yo hoy, desde este cruel y absurdo mundo, te agradezco tus palabras.
bkeriano.es