En la orilla del mar... mis lagrimas brotan sin cesar el barco eterno se hace a la mar no hay despecho, nada que reprochar Sólo un recuerdo, un recuerdo en la orilla del mar. A pensar de todo, nada de aquello volverá, pensar en que pudimos ser la luz y la primavera de verdad. Todo se fue, nada volverá, y yo, yo seguiré en la orilla del mar. Dolor infinito, despreciado y mortal, sentimientos humillados por tus risas y falsa moral. Piensa amor mío, nunca, nunca volverás yo guardaré silencio, silencio infinito por ese dolor de no quererme amar. En silencio viviré, para siempre, mientras veo como se aleja el barco, el barco de la felicidad. Allí seguiré esperando donde el olvido es suave, dónde la soledad acompaña lo amado, donde esperan los cobardes; allí en la orilla del mar.