Fué un puñal de conciencia maldita, de razón.
Ahí noté que moría, que moría para siempre,
que fué un error,
que es un arrepentimiento total,
y que será un olvido absoluto.
Ahí, ahí no morí yo, murió ella en mi.
Ya está aquí, ya llegó abril. Y también el refranero fácil. Ya llegó el horario de verano y casi la primavera y el calor. Qué alegría, mar...
Camino hacía detrás.... |